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Prakash Govidan, Director de Operaciones de Gradiant -

 

La revolución industrial ha dado lugar a niveles de prosperidad sin precedentes durante casi tres siglos. Sin embargo, ha demostrado ser un arma de doble filo, ya que ha creado inmensas cantidades de residuos medioambientales que seguirán siendo un problema para las generaciones futuras. En medio de las conversaciones en curso para reducir las emisiones globales de carbono, se ha prestado una atención limitada a las complicaciones derivadas de la generación y eliminación de residuos sólidos y líquidos. Muchos flujos de residuos contienen sustancias tóxicas que contaminarán nuestro entorno natural durante generaciones.

 

El Banco Mundial ha pronosticado que los niveles mundiales de residuos aumentarán un asombroso 70% de aquí a 2050 si se mantiene el statu quo. La preocupación por el medio ambiente ocupa un lugar destacado en las agendas de los consejos de administración, por lo que se espera que las empresas exploren cada vez más formas de operar de manera eficiente y sostenible. Los modelos de economía circular pueden ayudar a las organizaciones a alcanzar objetivos tanto sociales como económicos.

 

IMPULSAR LA SOSTENIBILIDAD A LARGO PLAZO CON LA ECONOMÍA CIRCULAR

El aumento de la población, la rápida industrialización mundial y la creciente tendencia al consumismo están ejerciendo una rápida presión sobre la gestión de los recursos y las políticas de desarrollo social. La confluencia de estos factores, junto con la escasez de recursos y una normativa más estricta que regule la conservación del medio ambiente, catalizará la adopción de modelos de economía circular.

En una economía lineal, los recursos naturales se toman, se transforman en productos y se eliminan. La economía circular se centra en la eliminación de residuos y en maximizar el valor de los recursos manteniéndolos en uso el mayor tiempo posible.

 

Los modelos de Economía Circular pretenden cerrar la brecha en la que los productos y los residuos se reutilizan de forma beneficiosa, reduciendo así las materias primas o los residuos vertidos al medio ambiente: los recursos naturales se canalizan de nuevo hacia la producción y los residuos se minimizan o eliminan. La economía circular se basa en tres principios:

El movimiento de la economía circular se basa en un conjunto de estrategias, algunas antiguas, como la reducción y el reciclaje, y otras nuevas, como el alquiler en lugar de la propiedad o los métodos avanzados para tratar y reutilizar las aguas residuales. Una economía circular requerirá una serie de estrategias en el diseño, la fabricación, el funcionamiento y los modelos de monetización de nuestros bienes y servicios, en un enfoque basado en sistemas interconectados y sostenibles.

 

Algunos de los beneficios generales que pueden aportar los modelos de Economía Circular son:

Por ejemplo, la industria papelera recurre a procesos de destintado para mejorar la sostenibilidad de su base de materias primas, mientras que empresas como Timberland, Patagonia y H&M adoptan tecnologías de producción cada vez más innovadoras, como la transformación de materiales reciclados en prendas de vestir.

 

Más allá de los residuos sólidos, las aguas residuales son un subproducto de casi todos los procesos industriales y representan una oportunidad clave para el diseño de un enfoque de Economía Circular. Los avances en el tratamiento del agua y las tecnologías limpias han permitido a las industrias recuperar y reutilizar eficientemente las aguas residuales, aportando claros beneficios económicos y sociales a quienes adoptan el modelo de Economía Circular.

 

RECUPERACIÓN Y REUTILIZACIÓN DE AGUAS RESIDUALES

Las técnicas modernas de tratamiento permiten reducir y reciclar las aguas residuales, transformándolas en un flujo de recursos.

 

El vertido cero de líquidos (ZLD, por sus siglas en inglés) es un enfoque en rápida expansión en el que toda, o la mayor parte, del agua se recupera y reutiliza, minimizando así los efluentes. Los minerales valiosos que de otro modo se habrían eliminado como residuos se recuperan para su reutilización beneficiosa. De este modo se obtiene agua reciclada purificada y minerales recuperados que podrían utilizarse para otros fines industriales o económicos, lo que crea un circuito continuo de recursos o una economía circular.

 

A medida que escasean los recursos de agua dulce, los gobiernos se vuelven más estrictos en cuanto a la calidad y cantidad de las aguas residuales, lo que conduce a una mayor adopción de soluciones ZLD entre las industrias.

 

HACIA LA ECONOMÍA CIRCULAR

A nivel mundial, el enfoque de la economía circular está ganando impulso entre las partes interesadas privadas y públicas. En Asia-Pacífico, grandes economías como Singapur, Malasia, Tailandia, Vietnam, Indonesia y Australia están estudiando su aplicación junto con empresas privadas como H&M, Dow y Borouge.

 

A principios de este año, el gobierno de Singapur anunció el Plan Verde Singapur 2030, cuyo objetivo es garantizar un hogar verde y habitable para las generaciones actuales y futuras en Singapur. La gestión de residuos en Singapur sigue siendo una prioridad clave, con el objetivo para 2026 de reducir la cantidad de vertidos per cápita al día en un 20% en el marco del Plan Verde 2030. La misma prioridad debe aplicarse también a la gestión de las aguas residuales, no sólo en Singapur, sino en todo el mundo.

 

La economía circular está llamada a desempeñar un papel fundamental en nuestro avance hacia un mundo sostenible para nuestras generaciones futuras. Mientras que algunos pueden ver las políticas medioambientales como una amenaza para la competitividad, la capacidad de los modelos de Economía Circular para reducir el consumo de materias primas, recuperar los residuos para su reutilización beneficiosa y reducir los costes operativos y de eliminación, la posicionará como una estrategia sostenible y rentable a largo plazo.

 

La revolución industrial ha dado lugar a niveles de prosperidad sin precedentes durante casi tres siglos. Sin embargo, ha demostrado ser un arma de doble filo, ya que ha creado inmensas cantidades de residuos medioambientales que seguirán siendo un problema para las generaciones futuras. En medio de las conversaciones en curso para reducir las emisiones globales de carbono, se ha prestado una atención limitada a las complicaciones derivadas de la generación y eliminación de residuos sólidos y líquidos. Muchos flujos de residuos contienen sustancias tóxicas que contaminarán nuestro entorno natural durante generaciones.

 

El Banco Mundial ha pronosticado que los niveles mundiales de residuos aumentarán un asombroso 70% de aquí a 2050 si se mantiene el statu quo. La preocupación por el medio ambiente ocupa un lugar destacado en las agendas de los consejos de administración, por lo que se espera que las empresas exploren cada vez más formas de operar de manera eficiente y sostenible. Los modelos de economía circular pueden ayudar a las organizaciones a alcanzar objetivos tanto sociales como económicos.

 

IMPULSAR LA SOSTENIBILIDAD A LARGO PLAZO CON LA ECONOMÍA CIRCULAR

El aumento de la población, la rápida industrialización mundial y la creciente tendencia al consumismo están ejerciendo una rápida presión sobre la gestión de los recursos y las políticas de desarrollo social. La confluencia de estos factores, junto con la escasez de recursos y una normativa más estricta que regule la conservación del medio ambiente, catalizará la adopción de modelos de economía circular.

En una economía lineal, los recursos naturales se toman, se transforman en productos y se eliminan. La economía circular se centra en la eliminación de residuos y en maximizar el valor de los recursos manteniéndolos en uso el mayor tiempo posible.

 

Los modelos de Economía Circular pretenden cerrar la brecha en la que los productos y los residuos se reutilizan de forma beneficiosa, reduciendo así las materias primas o los residuos vertidos al medio ambiente: los recursos naturales se canalizan de nuevo hacia la producción y los residuos se minimizan o eliminan. La economía circular se basa en tres principios:

El movimiento de la economía circular se basa en un conjunto de estrategias, algunas antiguas, como la reducción y el reciclaje, y otras nuevas, como el alquiler en lugar de la propiedad o los métodos avanzados para tratar y reutilizar las aguas residuales. Una economía circular requerirá una serie de estrategias en el diseño, la fabricación, el funcionamiento y los modelos de monetización de nuestros bienes y servicios, en un enfoque basado en sistemas interconectados y sostenibles.

 

Algunos de los beneficios generales que pueden aportar los modelos de Economía Circular son:

Por ejemplo, la industria papelera recurre a procesos de destintado para mejorar la sostenibilidad de su base de materias primas, mientras que empresas como Timberland, Patagonia y H&M adoptan tecnologías de producción cada vez más innovadoras, como la transformación de materiales reciclados en prendas de vestir.

 

Más allá de los residuos sólidos, las aguas residuales son un subproducto de casi todos los procesos industriales y representan una oportunidad clave para el diseño de un enfoque de Economía Circular. Los avances en el tratamiento del agua y las tecnologías limpias han permitido a las industrias recuperar y reutilizar eficientemente las aguas residuales, aportando claros beneficios económicos y sociales a quienes adoptan el modelo de Economía Circular.

 

RECUPERACIÓN Y REUTILIZACIÓN DE AGUAS RESIDUALES

Las técnicas modernas de tratamiento permiten reducir y reciclar las aguas residuales, transformándolas en un flujo de recursos.

 

El vertido cero de líquidos (ZLD, por sus siglas en inglés) es un enfoque en rápida expansión en el que toda, o la mayor parte, del agua se recupera y reutiliza, minimizando así los efluentes. Los minerales valiosos que de otro modo se habrían eliminado como residuos se recuperan para su reutilización beneficiosa. De este modo se obtiene agua reciclada purificada y minerales recuperados que podrían utilizarse para otros fines industriales o económicos, lo que crea un circuito continuo de recursos o una economía circular.

 

A medida que escasean los recursos de agua dulce, los gobiernos se vuelven más estrictos en cuanto a la calidad y cantidad de las aguas residuales, lo que conduce a una mayor adopción de soluciones ZLD entre las industrias.

 

HACIA LA ECONOMÍA CIRCULAR

A nivel mundial, el enfoque de la economía circular está ganando impulso entre las partes interesadas privadas y públicas. En Asia-Pacífico, grandes economías como Singapur, Malasia, Tailandia, Vietnam, Indonesia y Australia están estudiando su aplicación junto con empresas privadas como H&M, Dow y Borouge.

 

A principios de este año, el gobierno de Singapur anunció el Plan Verde Singapur 2030, cuyo objetivo es garantizar un hogar verde y habitable para las generaciones actuales y futuras en Singapur. La gestión de residuos en Singapur sigue siendo una prioridad clave, con el objetivo para 2026 de reducir la cantidad de vertidos per cápita al día en un 20% en el marco del Plan Verde 2030. La misma prioridad debe aplicarse también a la gestión de las aguas residuales, no sólo en Singapur, sino en todo el mundo.

 

La economía circular está llamada a desempeñar un papel fundamental en nuestro avance hacia un mundo sostenible para nuestras generaciones futuras. Mientras que algunos pueden ver las políticas medioambientales como una amenaza para la competitividad, la capacidad de los modelos de Economía Circular para reducir el consumo de materias primas, recuperar los residuos para su reutilización beneficiosa y reducir los costes operativos y de eliminación, la posicionarán como una estrategia sostenible y rentable a largo plazo.

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